miércoles, 4 de enero de 2012

1997

Un día vestí de rosa mis caminos eran claros como el cielo mi caminar se ocultaba tras las rosas de un jardín inmenso.
Tarde me dí cuenta que el sol me quemaba y oscurecía mis vestidos, mi alma ya no recorría más un sueño dorado ya era tarde para saber que mi existir no importaba.
Un momento en mi alma se clavo cuando por fin mis oídos escucharon el lloriqueo de un niño nacido el mismo día que el creador del mundo y aunque hoy el principio se escribió como las frases más estúpidas que de mi interior broten sólo pido al cielo repita de nuevo el mundo entero para no dejar pasar más lágrimas de quien he herido y me han matado y aunque es tarde ya para dar explicación a frases o fragmentos de esta hoja que escupe mi alma sólo no quiero perder un año ya pasado entre lamentos y verdades, entre palabras y lágrimas sucias de aquel fariseo que pide el cielo perdón.

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