domingo, 25 de julio de 2010

Zero

Un vacio se aloja en mi interior, en donde estabas antes tu sonriendo abrazándote a mi cuerpo, como duele lo que se deja perder, como duele perder sin saber como sucedieron las cosas, quisiera tocarte, sentirte cerca, no quiero este dolor, no quiero más esto que me ahoga, no quiero estas lágrimas, te quiero a ti como ayer a esta hora donde podía sentir felicidad, donde no tenia tantos sollozos, ni debía esconder mis ojos, amor como duele perder sin tener pecados en la conciencia, cómo puedo devolver el tiempo y tenerte en mi como el ser más perfecto del mundo. Ámame, acá estoy frente a ti como siempre soy la misma que te abrazaba en las noches, soy la misma que acaricia tu cabello y te hace reír de cualquier cosa, yo te hacia feliz, tu a mi me haces sentir en el cielo, no dejes que este maldito infierno me mate, no hay terror más grande este día que vivir sin ti, mira mis ojos dime si ellos te mienten, no soy lo que los otros dicen, soy quien te beso esa primera vez me un beso tierno y romántico, siento que todo me aprieta que no puedo moverme, la impotencia de tenerte lejos no resisto mas esto, no debí dejarte salir de mi habitación, no debí dejar que sintieras rencor, no puedes ver que por ti me muero, no puedes ver que canto Wild is the wind de Nina Simone llorando como una pobre desconsolada pensando suspirando por tenerte en mis brazos hasta el fin de los ocasos, hasta que mi alma sea sólo una ilusión distante, y mi carne un puñado de cenizas en una bonita caja de madera.

sábado, 10 de julio de 2010

Tue, 12 Oct 2004 11:46:57

Y eres todo, y no eres nada, y no hay sólo dicotomías y no hay sólo desganados sentimientos en un día sin relevancia… sigues crujiendo los dientes en la media noche y yo sigo en la calles esperando ser presa del olvido absoluto, y te encuentro en cada parte de mi recuerdo, y siento que todo nace como las manos quebradas en antiguos juegos, y el mundo sigue caminando y yo trato de hacerlo, me he arrastrado hasta el límite de mis propios miedos, te ruego que no levantes la voz ni des desprecio a mis palabras, no rías, no finjas interés… amo cada parte insensata, cada pedazo de imperfección, ser imperfecto, ser que suele vestirse de colores, de días, de noches, de soles, de diarios atardeceres, vida, naturaleza muerta, naturaleza que crece en los ojos, en la mirada, en las precarias circunstancias… y el cielo cae, desde muy alto y todo cae sobre nuestros cuerpos, y el azar juega, y tu te detienes frente a la escena y yo adoro en silencio y cuantos años hemos vivido, cuantas veces he estado abrazando tu cuerpo entre la oscuridad y el medio día… te detienes y no dices nada… te amo y te pierdes en la catastrófica pantomima y el mundo que circula siendo tan débil su obra… tan imperfecta como cada ser que se riega en mi cuerpo, como cada ave, como cada siervo de instantes plebeyos y tu que te sigues alejando como las madrugadas, como las velas, como los tragos servidos, como la mirada y lo que nunca será y la necesidad qué decir de la necesidad, qué decir de los lamentos y las caricias que he puesto ante ti, ante la omnipresente perspectiva… qué decir de esta realidad crujiente, qué decir de un yo sin un tú, y quién puede entender esto más que tú… y fueron más que momentos, más que desesperaciones y sentimientos expuestos y tu niegas todo con la cabeza y no hablas, y cierras la boca que he besado hasta el cansancio, y te alejas con el cielo que cae sobre tu lomo, y todo se pierde y todo se deshace entre el pasado y la inexistencia de un presente.

13 Oct 2004 11:48:08

No hay tiempo para mirar al interior… las calles no siempre llegan a un destino, hay ocasiones en que sólo podemos perdernos, entretenernos con los desequilibrios he intentar amarrar al pensamiento miles y miles de sensatos pensamientos para no caer frente a la acera del frente a seguir durmiendo… cerrar los ojos cuando el día esta extremadamente cálido cuando los parpados no pueden apagar nada y el rojo tiñe las pupilas y no se puede conciliar el sueño, ni aún la vigilia, y tal vez todo este tranquilo hoy, hoy que los seres duermen de día y de noche y entre sus quimeras fuman cigarrillos sin filtro y estrellan alucinaciones que se niegan que se reprimen y siguen gimiendo en la madrugada deseando lo jamás obtenido, deseando ser parte de lo intangible, del ocaso en medio del alba, de los incesantes malentendidos… tal vez sea necesario hoy no llegar a casa, es medio día y hay mucha sed, hay necesidades de descanso pero las paredes del encierro son tan pesadas, no hay ilusión más corroída que tratar de dar un equilibrio a lo que llamamos vida, pisadas sin huella, y tu que te mueves de un lado a otro igual que yo deseando no ser parte de este recinto ni de aquel sino el que conformamos los hermanos que se quitan la mascara y no tienen miedo de mostrar sus rostros imperfectos… somos de los que huimos de la estupidez del medio día, aquellos que regamos lagrimas al calor de las nubes y su confusa bruma… mirar al interior y ver que no somos lo que siempre hemos querido ser, sino encontrar que los pesares se alejan con las voces muertas y los aullidos de la muerte… y el equilibrio es un esfuerzo en búsqueda de una paz que no será más que la luna y el sol eructando naturaleza y los árboles destruyendo el viento y los ojos cerrándose para mitigar una verdad a medias.

sábado, 15 de enero de 2005 02:01:40 a.m.

No sólo son las tres estúpidas frases de un pasado o de un sentimiento que ha culminado, eres tu, interminable sustento de indefinidos eventos, de noches, días oportunidades y tal vez un poco de desvelo, realmente se que no es hora de hablar, no hay tiempo, tampoco hay espacio, es de noche, como todas, como ninguna, el tiempo tan sólo corre cuando miras tres tristes instantes al cielo creyendo mirar el infierno, sin saber cual difiere del otro y si tus ojos son cansados estados de impavida consciencia, como lo fueron los mios en esos apretujados días donde simplemente observaba detenidamente cada sentimetro de mundo y creía que era una representación tácita de mil acordes lejanos, de las voces que se alsaron, de aquellas que reían, que también llorabán y se quejaban en triste suelo de cuerpos desnudos sin almas, sin recuerdos, ni vivencias... te alejabas y yo podía llorarte, podía suplicarte con la boca bien cerrada que abrieras los ojos, el mundo girabá con la dinámica de nuestros egos entrelazados consumidos hasta el final de las horas, de los pensamientos... y tu que no existes más que como una sombra en un insomnio eterno...

septiembre 2004 Un cuento de calle

Un cuento de calle

Tal vez todas las historias se escriban con un mismo sentido, con un desahogo que el alma agobiada exalta para no morir en la lúgubre sombra, esta historia no se aleja mucho de esos ideales, trata encarnecidamente de evitar que todo el sufrimiento llegue y se aleje con un alma que se ha despedido mil veces, jamás se sabrá si lo que se escribe en realidad es un regalo de la creatividad y de los juegos literarios, pero sólo se puede escribir de nuestras propias vivencias, de lo que nos daña y ofende.

Hace ya algún tiempo, en un lugar que parece este, nació aquellos que todos ingenuamente llaman amor, brotó como casi todo lo que se refiere de ese sentimiento, de una soledad que cubría todo, como aquella niebla que aparece todas las mañanas en la ventana, fría y penetrable. Así aparecía insistentemente como una sombra que te atrapa sin que se palpe, una soledad invisible que sobrepasaba todos los límites de la serenidad, de la tranquilidad y de la esperanza. Una soledad que parece que no te abandona, como un gran peso en tu espalda adolorida, te acompaña y crees que puedes vivir así, en el tumulto de sentimientos ocultos e intransferibles, cuando aprendes sin mayor esfuerzos a llorar sobre una almohada, en una habitación grande, llena de paredes sin color ni magia.

Siempre en una historia se crean personajes, nombres, muchas veces apellidos, familia pasado y lugares específicos, sólo se utilizará un tú y un yo, porque el amor sólo debe ser de dos, no más, no menos, no hay triángulos, tampoco cuadrados, sólo dos, como un tú y un yo, y tal vez ese yo es el que narrará todo lo sucedido, todo lo que para mi debo exorcizar y tal vez exaltar para no sentir que todo ha sido en vano.

La mañana no apremiaba con los rayos de un sol casi nunca visto en ese lugar, en ese sitio amurallado donde se cree desvanecer por esa soledad que te desnuda cada anochecer, donde el alba te recibe con una cama tibia y grande, muy grande.

Todos parecíamos siluetas azules, limpias y organizadas. No siempre se cumplían las reglas, tal vez los muros no eran tan altos como todos pretendían que lo fueran, saltar era tan fácil y más cuando la vida exige volar, ser libre, al menos por unos segundos. La tapia alta no impedía caminar por las calles oscuras, por los recintos más ocultos y mundanos, donde el licor y el deseo eran elixir bendito y sagrado para todas esas noches quejumbrosas. En la mañana, durmiendo pocas horas, con una resaca, con una sed insaciable me sentaba a leer en lugares no permitido para estos oficios y esperaba la noche en las paredes heladas para danzar al viento.

La noche eran muy oscuras, la bruma cubría todo, con un cielo sin estrellas, el camino de regreso se agradecía simplemente a una buena memoria que no abandonaba ni siquiera cuando el cuerpo ebrio se balanceaba de un lado a otro, no se puede negar que muchas camas se tocaron, la lujuria se encuentra en cada esquina, pero el placer es efímero y sólo en ti lo entendí, en esa madrugada cuando todos despertaron con el rumor de una huida y sin razón tomaste mi mano en la oscuridad de la noche y me condujiste por un camino que ni yo conocía, me introdujiste en mi cama, me abrigaste y todo paso como un rumor sin importancia.

Algunas veces, por más personas que se crucen en el camino no se pueden ver, como si todos cubrieran sus rostros con velos del mismo color de sus pieles, tal vez por eso jamás supe de tú existencia hasta ese momento, hasta esa noche que en medio de mi ebriedad recuerdo y evoco como primicia de todo, como el génesis que no alcanzo a entender, ¿cómo pude pasar al lado tuyo y no sentir tu presencia?.

A veces los muros se ven tan altos, como si fueran arboles que rodean todo, ocultan el cielo que en ese tiempo no importaba si existía, una mano me condujo por la selva oscura, sólo podía sentir la delicada esencia de esa percepción táctil pero algo difusa, ¿cómo reconocerte ahora?, en la claridad del día, donde todo parece más inanimado, más como un sueño.

Ahora, que es de día y el sol enloquece a una tierra acostumbrada a la lluvia te busco, no se donde estas, no se si en realidad todo fue una alucinación en medio de una locura persistente, observo cada rostro, ninguno me es familiar, tal vez jamás había visto las miradas tristes de todo lo que me envuelve, bueno no todas son tristes, pero lo que en verdad es cierto es que no existe razón para una sonrisa verdadera. Todas las personas que se encuentran aquí están agotadas con sus propias cargas, el yugo oprime e inmoviliza. El viento es frió siempre pese a que todo el día el sol esta presente, es tan grande y resguardada esta fortaleza de encadenamientos estúpidos que los muros de concreto absorben toda la tibieza de una madre naturaleza perdida en el recuerdo.

Existen dos patios uno desértico y otro envuelto en una caja gigante de cristal, en el primero no hay nada y todas las sombras azules se sientan a llorar y a reír, algunas veces se reúnen y tratan de que los pocos rayos del día no hagan ver esos rostros pálidos casi inertes, se desnudan y dejan que sus cuerpos lánguidos sean uno con el mundo y no temen ni sienten vergüenza, ya no sienten nada, o al menos eso se piensa.

El segundo patio, aquel que esta envuelto por una caja de cristal no tiene el acceso permitido, pero siempre existe aquel que las rompe y siempre soy yo desgraciadamente, allí es donde leo los libros prohibido, donde tomo los licores que traigo cada noche en que escapo y me confundo entre la gente que cree ser la normal, aquellos que se visten de galas para desnudarse morbosamente en el jolgorio de noches muertas...

Noches muertas, tal vez eran más reales que estas, que dormir en una habitación privilegiada donde nada me ata, donde todo se pierde en los dibujos que todos los días cubren con pintura barata, y yo los repiso esperando que se cansen de cambiar un comportamiento rebelde que data de hace tantos años, pero eso ya sería otra historia, no esta, la cual parece que no llega a ningún lado.

Temí salir en algunas noches hasta que el rumor se enterrará en el más profundo olvido, pero no aguante más, todo esto me ahogaba, la tranquilidad me atormentaba, me volvía de nuevo sombra sin vida ni brillo, perdiéndome en los rincones de un calvario antiguo donde sólo el silencio me acompañaba.

La noche llego y con ella el desespero más aterrador que carcomía mi ser y me enlutaba profundamente con un alma apesadumbrada y enfermiza de libertad, los miedos se fueron y volé tan alto sobre los muros de concreto que cuando me encontré tan arriba sólo pude sonreír, sólo pude buscar la botella de licor fino y la piel más perfecta de un muladar perdido en las calles de una montaña oculta en un gran pueblo fantasma, perdido, casi invisible porque pocos, muy pocos teníamos acceso, yo lo conocía desde una infancia aterrada atemorizada por enfermedades que me habían deteriorado y ya había dejado atrás, sólo me quedo mi secreto mis vicios que me hacían volar con las alas derretidas por las llamas de mi pequeño infierno.

La mente ebria recorría un camino de regreso, un camino que siempre daba a un mismo sitio, uno de ida que era el mismo de venida, este camino que permite derrumbarse en medio de la inconsciencia de los actos.

Llegue a mi habitación y te encontré en un extremo, como un débil y divino regalo de un Dios en que no creía, ni creo, que tal vez no creo. Estabas en l suelo, tú, sin nombre pero con tal perfección fragilidad que sólo pude tomarte entre mis brazos, cuando sin razón te echaste a llorar sobre mi cuerpo agobiado por el desvelo y los excesos, te abrace y lleve a la cama y deje que durmieras en mi cuerpo, sólo observándote y pensando de donde habías salido.

Al despertar la resaca y un pensamiento de jamás sucedió aquello me mantuvo todo el día ocultándome mientras la jerarquía mayor con su poderío trataban de sacarme a la fuerza sin conseguirlo.

La locura acompaña cada estado de la mente, tal vez todos volamos en realidades subjetivas y difusas, pero creemos que es mejor ponernos en pie y caminar por la coherencia como todos aquellos infelices que hacen filas infinitas para llegar al cielo o al infierno.

En la noche me senté al borde de la cama esperando que la puerta se abriera, pero no se abrió esa vez, ni tampoco las noches siguientes, hasta que cuando el encierro me tenía en una esquina llorando, Tú apareciste y me cubriste con un brillo que no cegaba y me confundía, ¿qué podía ser todo esto? ¿qué envolvía la madrugada?. La atmósfera se adorno de un perfume a pureza y tu cuerpo albino e inmaculado era omnipresente para mi que jamás había palpado más que piltrafas arrastradas en los pisos.

Varías noches siguieron esta hasta un día en que por fin llovió y todas las luces se encendieron como ese rayo que casi incendia el recinto, los superiores entraron a mis aposentos y encontraron la desnudes de tú cuerpo. Te exiliaron y lo digo ahora con lágrimas moribundas esta noche, a mi me golpearon con látigos de cuero con terminales en acero, toda la sangre brotó de mi cuerpo y más cuando me halle en soledad y corte mi cuerpo como mi alma agonizante por tú ausencia, me encontraron y sanaron para sufrir con el vació de una verdad que se acrecentaba, ¿Acaso he vivido? ¿Acaso no es todo esto la muerte y la peste que me toma ya?.

Las alas rotas tratan de volar con un cuerpo desprotegido y sin energía, vuelo y no avanzo nada y creo que me voy a derrumbar en tierra, falta pocos metros para perderme en la lluvia fresca y aún no se si tus alas sean más grandes y resistentes que las mías o sí la vida que tan bien juega conmigo dejara de nuevo que tú, un tú sin apellido ni nombre, ni lugar, ni historia, ni final... te puedas reunir con otro ser igual que nace como un yo y se pierde en la lluvia esperando la calidez sanadora de mi recuerdo no termine tan mal como un cuento que no tiene ni pies ni cabeza, que sólo tiene una realidad entretejida por tu ser y mi esperanza desnuda.

?? octubre de 2004

un día el cielo se abrió en tres tristes nubes, cada una oscura y sin

brillo, de ellas se desmembrenarón varias gótas de un licor difuso, al

tomarse los locos se convertían en cuerdos y los cuerdos en sabios, el

mundo giro en un torbellino de ideas sin nebulosidad, las ideas

brotaron sin razón, todos creían tener la verdad de la existencia del mundo y

de las tres grandes nubes que volvían pensantes a seres libres en la

magia.

Todos pensaron días tras días y la sonrisa se convirtió en rostros

pensantes, todos escribían y leían, el insomnio se apodero de sus cabezas

infestadas de tantas preguntas, tan pocas respuestas, horas

interminables en salones fríos las sombras rondaban discerniendo sus historias y

sus cuentos, todos absorbidos por una gruesa capa de infelicidad, hasta

que un día que más bien parecia noche entre la furtividad de lo que se

creían ver, la tierra se undió en pensamientos y el cielo absorbió cada

uno de ellos y los locos fueron locos y los cuerdos fueron cuerdos y

todos los pensamientos sabios se quedaron estáticos en el cielo

02 de noviembre de 2004 10:07:57

Me quede inmovil esa noche, esa inerte noche donde el cielo y la tierra eran sólo uno, un gran espejismo oscuro, tremulo y sin vida... toda la naturaleza se había perdido, todo era marchito hasta mis manos arrugadas y sucias las cual observaba cuando al lado de un anden mi cuerpo agotado descanzaba.

Tal vez era el fin del mundo, de mi mundo pues cada paso que daba parecia que me arrastraba, me perseguia como un afluente de aguas nauseabundas, llenas de cadáveres putrefactos como mi cuerpo, como el de todos... Todo era húmedo y las manos y los pies arrugados se congelaban y todo el agua nos cubría, a mi y a este mundo, a este mundo sin vida pero con lluvía, con mucha lluvía, con pavor y sin esperanza, con creencias pero sin dios, tú no sabes como empezo todo esto, tú no sabes como el agua cubrío todo, yo lo se y yo lo he vivido... Empezó a llover un día en que el sol se posaba en lo más alto del infinito, en lo más alto de mis pensamientos, las gotas parecían lágrimas como cuando tu sangre llora por el amor perdido y tú no puedes evitarlo, porque sólo caen y se dispersan por todos lados y te cubren y te enfrian y se penetra en ti la muerte lentamente, tan lentamente que tu respirar se confunde con los lamentos del viento y tus gritos con los rayos del que arrea los caballos de la carroza en el cielo y nada se acalla y todo se pierde... te pierdes tú cuando corro y no te encuentro, cuando los ángeles no bajan y el cielo se sigue derrumbando y los arboles danzan y al llegar al fin de su vaiven caen al suelo y las raices y su tierra se vuelven barro, el que me cubre y me ensucia, me toma y me enluta.

La calma llega y el cielo sigue oscuro al igual que la tierra, sólo queda el fuego que ya casí es ceniza, me derrumbo en la calle, la civilización esta perdida, como tú y como yo en la espera de que alguien nos encuentre, nos cobije y limpie y así por fin entender que las gotas no son lluvia sino sufrimiento... mucho dolor... demaciado.

28 Oct 2004 12:10:17

i… ya comprendo todo, no es necesario hablar más. Qué dices, qué yo busque esta respuesta. No lo creo, no es cierto… tu me empujaste a esta caótica situación. ¿No lo entiendes?. No, yo lo comprendo, entonces ¿Qué haces acá?... ah, comprendo, me esperas, ¿para qué lo haces?... ahora callas, vienes a buscarme en la noche, a mi cama, con el helaje de la muerte en tu costado y quieres que no piense nada… no lo hago, ya no pienso, ya no siento, ni respiro aunque trato de hacerlo, tu vienes con tus mejillas pálidas, con tus manos frías, con tu cabello sobre tu rostro casi desecho por el tiempo, me despiertas, me insultas y quieres simplemente que duerma mientras la muerte te toca, te envenena, te perturba, te recibe y me recibe a mi por dejarte entrar, por dejarte subir a mi cama, a mis pensamientos, a mi sueños… a todo lo que envuelve la madrugada.

Si, es tarde, y si… aún quiero que vengas, aún la noche es clara, más clara que de costumbre, la niebla se levanta con el insomnio que tú provocas, nuevo insomnio, la verdad ya había olvidado tu ser, tu completo ser, ¿cómo pude hacerlo?, es fácil, realmente fácil, ese día que te encontré de bruces contra el mundo y abandonaste la vida, la vida que te brindaba, la vida que se colapsa con tu historia, con tu imagen, con tu ideal percepción de belleza, que no poseo, ni tú ahora, ahora que abandonas todo y te pierdes en la brumosa amnesia.

¿Qué, cómo puedo decir eso?, ¿Acaso tu no lo has hecho ya?, has dicho más, tanto que creí desvanecerme en las mesas donde te olvido, donde el café se derrama, donde la imagen se convierte en triste alucinación y lloro, como los días creídos noches y madrugadas como esas en que te esperaba tomando licores, caros licores con paupérrimas ambiciones, no hacia a ti, sino antiguos amores que me dieron lo que tu nunca pudiste darme… libertad. Si, yo se que nunca pusiste grilletes en mis manos, pero que pasa con los que se enredan en cada fibra sensible, en cada meticulosa necesidad de huir y no sentir, ni engrandecer lo inevitable, me refiero a ti a lo que haces sentir con la muerte y la oscuridad de tus ojos claros, de tu vida hecha miseria, de los pasos que no son ni tuyos ni míos, ni nuestros, sobre todo eso jamás serán nuestros.

Es claro, ya debes irte, en este instante, es muy tarde y todo se cuela tras las paredes mohosas, el invierno cada vez esta más constipado, tan enfermizo que creo que llegas en la madrugada, son las 3.30 y espero a un ser vivo, un ser que tu no eres, él se acuesta a mi lado en las ocasiones donde tu maltratas con tu furia absurda, que ni tu entiendes, que ni yo pude… no, no te estoy acusando, ya no puedo hacerlo te pierdes en cada maldito recinto sensato, y no dejas nada más que el sabor amargo, sabes a muerte, sabes a maldición lluviosa, tan agreste como tu mirada carcomida por las vanidades humanas, maldito ser que se despliega entre miradas cautelosas, en encuentros sin precedentes, ninguno, ni importa si los hubo.

Los minutos pasan y no te vas, ¿qué quieres que diga? Ya he dicho lo más significativo, vete. Por favor no invadas la penumbrosa habitación que nos cobija, mueres y te alejas, mueres entre el roció de la mañana y la lluvia gruesa del medio día, y de la noche, noche sin luna con la neblina que se levanta, que te rodea indicándote el camino de vuelta… si, ese es, vete… simplemente vete y lleva contigo los encuentros casuales… los destinos son forma.

30 de julio de 2004 04:51:37 p.m.

Hace algún tiempo creía que la noche y la luna eran simplemente representaciones del tiempo, de los días y su esclavizante monotonía, ayer simplemente pensaba que la luna y el sol eran simples sucesos que hacían alegorias a el destino, aquel del amanecer y el ocaso, la bruma osciosa de un alba mesclada con niebla, o la intensa penumbra que se recibe con lluvia... ahora supongo que nada de esto existe,tal vez el día y la noche se han juntado demaciado, parecen que se mezclan y subsienten uno del otro, como el bien del mal, como el amor del odio, haciendo un increible juego, un juego sin risas, sólo de cantos sin motivo,tal vez todo esto caresca de realidad, ¿Cómo delimitarías todo?, tu voz se riega en el piso de la alcoba, el viento te toca, te desnuda y te clama. El día llega y te encuentro reposando bajo la frasada, y yo inmovil junto a ti creyendo que esa noche es la mañana y que este tiempo y el otro son los mismos pero diferentes y abstrapatos, tan eternos como finitos, tan felices como enlutados.
Ahora me confunde todo este tiempo intangible, este apartado lugar tan cerca de todo y tan perdido en la nada, en la oscura y abrupta soledad, donde te encuentro y te pierdo, te tomo y te dejo, como las hojas que vuelan cerca al viento, que las rodean y las empujan y las acogen de nuevo y luego cuando todo se detiene y el danzar de las energías se estabilisan, las hojas caen a tierra y el mundo las recive con inclemencia, se secan, se pierden recordando como eran vista por toda la naturaleza de la mano con su arbol, que ahora la deja ir... el viento la toma, la deja en el cesped, una parte se seca otra es comida para gusanos, esta perdida en el tiempo y en el espacio vacio... en su propia tristeza. como ahora mi tiempo y mi fin; todo se aproxima, tus manos blancas... tu anillo de plata... pronto será para ti oro... para mi fantasia, ¿pero acaso todo esto que me envuelve es falso? y el dolor es simplemente un sentir subjetivo

9 Jun 2004 18:23:49

Ahora soy un maldito ser que se arrasta por los suelos, la soledad me envuelve, mi piel esta desnuda, nada la cubre, el frió es eterno como el silencio, como todo lo que envuelve la fetida imagen del camino, una maldito ser en el camino, un ser corroido por el tiempo, por sus propias desgracias, maldecido por un Dios al que un día fue bautizado, la soledad inpregna todo, las manos heladas jamás volveran a ser calentadas, la piel esta fría, es morada, la sangre no corre se detiene, todo se detiene y los angeles abandonan a un triste huespede de las circunstancias.... un maldito ser en el mundo, un maldito extraño en las entrañas de una naturaleza putrefacta y morbosa, no hay solución todo se detiene, las paredes cubren todo y la carcel esta en mi, en mi mundo, en mi interior, todo me encierra, todo me abate... el mundo se pudre y simplemente todo esto es una mierda